El primer ser humano del mundo fue creado al final de la ocupadísima semana de la creación. El registro bíblico dice que Dios creó todo en este mundo en el transcurso de seis días y lo declaró bueno.
El mundo ahora estaba lleno de belleza natural, pero Dios aún no había terminado. Su obra maestra aún no había sido creada. Dios formó a Adán de polvo del suelo. Cuando dio el soplo de vida a Adán, el primer hombre, Dios llamó a su creación "muy buena."
Adán fue hecho "a imagen de Dios". Es decir, reflejaba la gloria, el intelecto y la belleza de Dios. Nuestro primer ancestro fue creado perfecto, pero Dios sintió que faltaba algo.
Incluso después de crear a un ser humano sin defecto alguno, Dios pudo decir: "no es bueno que el hombre esté solo." Adán le había dado nombre a todas las criaturas en la tierra, en los mares y el cielo, pero no había una compañera ideal para él.
Entonces, Dios hizo que Adán cayera en un sueño profundo. Él tomó una de las costillas de Adán y formó a la primera mujer, una compañera y ayudante para él.
Hay mucho simbolismo en la forma en que Eva fue creada. Dios la formó de la costilla de Adán, mostrando que fue creada en igualdad. Ella no fue formada con un hueso de su cabeza, demostrando superioridad, o un hueso del pie, indicando inferioridad. Eva, la primera mujer, era muy diferente a Adán. Y sin embargo, su estatus era igual al de él.
La Biblia dice que Adán y Eva estaban desnudos, pero no tenían vergüenza. Después de que Dios creó a Adán y Eva, los seis días de creación se completaron. Dios, entonces, dio un fantástico ejemplo para que todos los humanos lo siguieran: descansó en el séptimo día y lo llamó el sábado.
Desde el principio, Adán y Eva fueron creados para disfrutar de la creación de Dios. Desde el principio, Adán y Eva fueron creados para disfrutar de la creación de Dios. El jardín del Edén era perfecto y hermoso. La belleza natural era impactante y había muchísima comida deliciosa para comer.
Como los dos primeros seres humanos fueron creados perfectos, Adán y Eva eran capaces de aprovechar plenamente el potencial que Dios les había dado. La vida era buena.
Su trabajo era cuidar la creación de Dios, ser buenos mayordomos. Dios claramente vio el trabajo como algo bueno para los humanos porque le dio a Adán y Eva el trabajo de cuidar del Edén.
Este fue un momento perfecto en el que nuestros primeros padres vivieron en completa harmonía con Dios. Ellos caminaban con Dios, quien los visitaba en el jardín.
A pesar del inmenso privilegio y la responsabilidad de cuidar de la creación de Dios, había una regla importante que Adán y Eva debían cumplir. El árbol del conocimiento del bien y del mal estaba prohibido. Se les prohibió expresamente comer cualquiera de sus frutos. Y la consecuencia de romper esta regla era grave: morirían.
Al principio, Adán y Eva observaron la regla sin ningún problema. Pero, un día, todo eso cambió. Adán y Eva estaban haciendo diferentes cosas por diferentes partes del jardín, cuando Eva se encontró con el árbol prohibido. Más intrigante aún, ella se encontró con otro visitante del árbol: una hermosa serpiente.
La serpiente la instó a tomar un bocado de la fruta. Al principio Eva se negó, diciendo que eso iba en contra de las reglas y resultaría en la muerte. Pero la serpiente no hizo caso.
"No morirás", declaró la serpiente. Afirmaba que Dios quería prohibirles comer la fruta solo porque sabía que si la comían, los haría como Dios mismo. Les daría el conocimiento del bien y del mal. Estas palabras la engatusaron. Eva comió la fruta prohibida y, no solo eso, después encontró a Adán y lo convenció de que comiera también.
Fue entonces que todo cambió. Dios vino a visitar a la pareja y, por primera vez, los primeros humanos se escondieron de Él. Cuando finalmente los encontró, se sintieron avergonzados. Se dieron cuenta de que estaban desnudos.
Dios le preguntó a Adán cómo sabía que estaban desnudos y le preguntó si habían comido del árbol prohibido. Ahí es donde comenzaron a echarse la culpa. Adán culpó a Eva por convencerlo de que comiera la fruta. Eva, igualmente incómoda, le echó la culpa a la serpiente que la había tentado. Fue triste cómo ninguno de los dos podía asumir la responsabilidad de ese primer error.
El pecado había entrado al mundo. Dios hizo ropas de pieles de animales para Adán y Eva, y los expulsó del jardín del Edén. Fueron colocados ángeles en la entrada como una señal de que Adán y Eva nunca podrían regresar a ese lugar de perfección.
Recién desalojados del único hogar que habían conocido, Adán y Eva se enfrentaron a la dura realidad de la vida fuera del jardín del Edén.
Dios le dijo a Adán que tendría que trabajar muy duro en el futuro, labrando el suelo. Claro, él había trabajado antes, pero esto era diferente. Eva enfrentaría inmenso dolor físico durante el parto. La luna de miel se había terminado. La vida, de aquí en adelante, sería una lucha constante.
Sin embargo, no todo fue dolor y sufrimiento, porque llegaron los primeros hijos del mundo. Caín nació primero y luego le siguió Abel. Inmediatamente, la población del planeta tierra se había duplicado. A pesar del dolor de dejar el Edén, Adán y Eva ahora pudieron experimentar la alegría de la paternidad.
A pesar de haber nacido de los mismos padres, Caín y Abel no podrían haber sido más diferentes. Tenían intereses y estilos completamente diferentes. Abel tendía a los rebaños mientras Caín se convirtió en un agricultor.
Ambos deseaban agradar a Dios y se dispusieron a ofrecer un sacrificio a su Creador. Sus diferencias de carácter se mostraron claramente en el tipo de sacrificios que ofrecieron a Dios.
Caín ofreció un sacrificio de cultivos, pero Dios lo rechazó. Abel, por otro lado, ofreció las mejores porciones del primogénito de su rebaño. Dios aceptó su sacrificio, lo que enfureció a Caín, quien atacó y mató a su hermano en un ataque de celos. El mundo ahora tenía su primer asesino.
Caín fue condenado a una vida nómada. Pero Dios fue misericordioso y lo protegió.
La trágica muerte de uno de sus hijos en manos del otro fue extremadamente dolorosa para Adán y Eva. La muerte, el resultado del pecado, nunca había sido tan clara.
Dios fue misericordioso, sin embargo, y les dio un tercer hijo, Set. Este nuevo hijo trajo nueva esperanza. Él era obediente a Dios y enorgullecía a sus padres.
Eva creía que Set era un regalo de Dios para reemplazar a Abel, a quien había perdido tan trágicamente. Set era especial. El relato bíblico muestra que las personas comenzaron a volver a Dios después de que él nació. Este fue un cambio fundamental. Por dura que fuera la vida, y por mas que la muerte fuera ahora una realidad, volverse a Dios les dio consuelo. Dios ofrecería la esperanza de vida eterna a que Adán y Eva habían renunciado.
Adam vivió una larga vida, 930 años, y luego murió. Como todos los héroes bíblicos, él no era perfecto. Pero, honestamente, nadie lo es.
Adán y Eva fueron creados por Elohim. Aunque su pecado los apartó de Él, Elohim tenía un plan para salvarlos y a sus descendientes.
El gran error de Adán y Eva encaminó a la raza humana por un sendero pecaminoso que condujo al diluvio, del cual solo Noé y su familia escaparon.
El pecado apartó a los seres humanos de Dios, pero Jesús murió para darnos la esperanza de la vida eterna. Vivir con Dios nos acercará aún más a Él que Adán y Eva antes de pecar.
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